sábado, 7 de mayo de 2011

Consulta médica III

-Hola Beroldo, hace rato que no la veía, ¿Cómo le va?
-Hola doctor, ¿Qué tal usted? Bien, me va bien, por suerte.
-Bueno, me alegro entonces. ¿A qué debo el placer en esta oportunidad?
-Mire, creo que mejor vuelvo otro día.
-Ya estoy perdido. ¿Qué le pasa?
-Nada grave, doctor. La realidad es que mientras esperaba mi turno, me puse a pensar en cómo iba a explicarle el motivo de mi consulta y llegué a la conclusión de que la gramática del español no me lo permite.
-Continúo perdido…pero me interesa. A ver ¿Cómo es eso del español y su imposibilidad?
- La cuestión es la siguiente: vine porque un sueño me quita el sueño y no puedo dormir… UN sueño, EL sueño.
-Déjeme ver si entiendo. Vino porque tiene problemas para dormir.
-…
- ¿No?
-Sí, pero no es tan sencillo de explicarlo.
-Creo que usted está enfocando el problema en otro lado. Ayúdeme.
-El dilema está en los artículos determinados e indeterminados.
-…
-Me niego a hablar de UN sueño, como si fuera algo, justamente, indeterminado. Es lo más exacto y definido que he tenido últimamente en la cabeza. Pero, por otro lado, si lo llamo EL sueño, usted va a interpretar que hablo de las ganas de dormir. Y si lo nombro simplemente “sueño”, también tendremos ese mismo problema de interpretación. ¿ Me sigue?
-Interesante…
-…
-No sé qué decirle. Tiene usted razón. Y me deja con una gran inquietud gramatical.
-Yo tampoco le encuentro la vuelta. Mejor, déme unos días y trataré de volver con alguna resolución.
-La espero, entonces. Hasta pronto, Beroldo. La acompaño a la puerta.
-Sí, pero antes, ¿Tiene algo para el insomnio?

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