-Bienvenida…¿tu nombre?
-Hola, gracias, Beroldo
-¿Beroldo?
-Sí, Berold para los amigos
-Bueno, nuevamente bienvenida a nuestro taller literario
-Muchas gracias
-En general, antes de ponernos a trabajar, solemos charlar un poco con los nuevos integrantes como para empezar a conocernos
-Claro, me parece bien
-¿Escribís generalmente? ¿Qué te gusta leer? Contanos un poco sobre vos
-Sí, escribo pero en realidad vine porque hace bastante que no voy al médico
-Perdón…¿cómo? no te entendí bien
-Eso, hace bastante que no logro entender qué me pasa, no encuentro las palabras para explicar nada. Y bueno, es por eso que estoy acá
-Ah
-Quizás este espacio me ayude a reflexionar y pueda ir a una consulta con las cosas más claras
-Ajá…disculpame pero, ¿sabés que este es un taller literario, no?
-Sí, por supuesto, por eso vine
-Ah
-¿Por?
-Mirá, me siento un poco incómodo por insistir pero ¿no dijiste que necesitás ir al médico?
-Sí, eso dije...A ver, nunca asistí a ningún taller pero quizás es lo que ando necesitando. Tal vez me ayude a clarificar mis problemas
-Bueno…hagamos algo, ¿por qué no continuamos con la presentación de los demás y después nos seguís contando más sobre vos?
-Dale, me parece perfecto
-Sólo te pido una cosa
-Sí, decime
-Si te llegás a sentir mal, por favor avisá en seguida.
-Hola, te damos la palabra, presentate por favor
-Hola, soy el doctor
-Ah, mirá, sos médico, ¿y cómo te llamás?
-La verdad que no sé, hasta ahora siempre aparecí como “doctor”
-¿Cómo que no sabés? ¿En dónde apareciste? Che, ¿qué onda, me están haciendo una joda? ¿Se conocen, no?
-Pero querido, para nada, soy un hombre serio, un médico clínico. Acudí al taller porque hace rato que la espero a Beroldo en el consultorio y no aparece. Estoy un poco preocupado y quisiera ayudarla de algún modo. Pero, como le mencioné, soy médico. No suelo escribir demasiado, y quizás asistir al taller me ayude a comprenderla un poco más. Tal vez necesite de más apoyo del que le doy y por eso no esté acudiendo a las consultas
-Bueno, la verdad, no entiendo nada. No sé qué decirle, señor…bienvenido al taller
-Muchas gracias
-Falto sólo yo
-Sí, claro, ahora te iba a dar la palabra. Bienvenida al grupo, te escuchamos
-Bueno, en realidad vine más de observadora que otra cosa
-¿De observadora? Pero se supone que en un taller todos leemos, todos escribimos, esa es la dinámica
-Sí, entiendo, y justamente necesito observar a Beroldo y al médico para poder escribir
-Ah, ¿los conocés? No nos dijiste tu nombre
-Sí, digamos que más que conocerlos son mi creación
-¿Eh?
-Sí, y últimamente no sé qué pasa, pero se me fueron de las manos. No logro que se entiendan como antes. Y bueno, se me ocurrió que si los juntaba en otro contexto, quizás podía descifrar qué les anda sucediendo. Y me dije, qué mejor lugar que un taller literario, ¿no te parece?
-Lo que me parece es que me están tomando el pelo
-Para nada, che. Entiendo que estés un poco confundido pero en cuanto tenga las cosas un poco más claras, termino la escena
-Basta, por favor. Esto me está asustando en serio
-Pero qué escandaloso resultaste ser. Cuando inicialmente te pensé, mi idea era que fueras un tallerista-mediador menos dramático. Así no me ayudás
-¿Cuándo inicialmente me pensaste? ¿Pero de qué estás hablando?
-De nada. Esto así no va a funcionar, mejor abandono el experimento
-¿Qué experimento? Basta, se van todos de acá
-Lo que me faltaba. Ser echada por el personaje secundario
-¿Pero de qué hablás? ¡Por favor!
-De que saludes. Decí: chau, chau, adios.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
muy bueno, en especial el remate. auqneu debe ser tristísismo ser echado por un personaje secundario. me pregunto cuándo en las consultas de boeroldo se trabajará la personalidad disosciada/ asociada de la paciente, no?
ResponderEliminarm.
pirandelliana berold: ruégole vuelva pronto a ese extraño taller que por estos pagos nos quedamos con ganas de saber el contenido del 'continuará'...
ResponderEliminarabrazo,
a.-
genial, tallerista no se asuste y vuelva!!!
ResponderEliminarjajaj soy vicky
ResponderEliminar